La fiesta de los moros y cristianos con su música, alegría, brillantez y suntuosidad nos recuerda que hubo una época en la historia de Manises y del Reino de Valencia caracterizada por la convivencia de dos sectores sociales y étnicos importantes, por un lado los moriscos, herederos de los musulmanes que dominaron nuestra tierras durante algunos siglos y por otro lado los cristianos, unos herederos de los tiempos de romanos y visigodos que habían conseguido aguantar entre los moros y otros que habían llegado con Jaime I desde la Corona de Aragón.
La verdad es que hoy, en el siglo XXI, no podríamos explicar de una manera clara y verdadera la historia de Manises sin tener en cuenta la presencia musulmana. Nuestro escudo nos recuerda continuamente la presencia musulmana, marcado por las armas de los Boil, una familia que se caracterizó por la defensa de su castillo en el Alto Aragón, ganando una batalla a los moros en inferioridad numérica por el procedimiento de soltar una manada de toros que arremetieron contra las huestes sarracenas y declinaron la victoria para la familia de los Boil.
Durante muchos años se creyó que nuestra Ciudad tenia un origen musulmán, y solo estudios recientes vienen a demostrar el origen romano de este asentamiento a orillas del Río Turia. Pero, ¿ por qué de esta creencia?, yo creo que es bastante sencillo ya que es la misma historia contada por la gente del pueblo, las leyendas, la que dice que el termino Manises viene de la expresión árabe Menicil que significa “aquí descanso”, cuando los jefes moros tenían su residencia de descanso en este margen del Guadalaviar, por su clima, por su tierra, por su situación privilegiada antes del llano. Esta leyenda se ve reforzada por el hecho de que la donación en 1237 por el Rey Jaime I el conquistador de las alquerías de Manises y Paterna a Don Artal de Luna, es el primer documento escrito que hay sobre nuestra, hoy, Ciudad.
Pero no es lo único destacable en la historia de Manises sobre esta convivencia de moros y cristianos, ya que la rica presencia de los moros en Manises esta íntimamente relacionada con tocando el elemento estrella, el sinónimo de Manises, el producto de siglos de herencia de padres a hijos, me refiero a la cerámica de reflejo metálico, técnica traída desde la Granada musulmana y desarrollada en nuestros talleres por nuestros maestros y alfareros moros y cristianos bajo la protección de los Boil, dando fama mundial a Manises, haciendo de nuestra cerámica un elemento común en los más importantes museos de los cinco continentes. Por cierto, cuenta la leyenda (yo no estaba allí, pero me gusta creerme esta historia) que cuando Cristóbal Colón llego a La Española, primer trozo de tierra americano que piso, llevaba consigo un plato de reflejo metálico de Manises, por supuesto, que atraía a los pobladores de aquellas tierras. Viendo Colón que le podía ser útil, lo partió en cuantos trozos pudo y cada trozo de aquel plato de reflejo metálico que causaba la admiración de los indios, sirvió para obtener multitud de elementos que ningún ojo europeo había visto jamas y para demostrar que la producción cerámica realizada por los moros y cristianos de Manises rozaba la perfección artesanal.
En el siglo XV , la población morisca de Manises alcanzaba casi un tercio de la población total, y dicen los documentos de la época que la convivencia era pacifica, viviendo y trabajando juntos, en armonía, todos al servicio de la familia Boil, propietaria de Manises.
Pero como todo, hay aspectos que salpican la relación de moros y cristianos, uno es el desarme de todos los moriscos por orden de Felipe II, tras algunos levantamientos de moriscos y otro es la expulsión de los moriscos por orden de Felipe III, resultado final de los continuos saqueos de la costa del Reino de Valencia por piratas berberiscos.
Y con la salida de los moriscos del Reino de Valencia, Manises lo acusó en su producción industrial y esta decayó durante bastantes años, rompiendo de esta manera con una relación humana que todavía es patente con el nombre de calles o con esa cerámica morisca, pero sobre todo es patente en la inquietud de todos los valencianos por hacer de los moros y cristianos una fiesta importante que una a todos los maniseros.
Francisco Gimeno Miñana
La verdad es que hoy, en el siglo XXI, no podríamos explicar de una manera clara y verdadera la historia de Manises sin tener en cuenta la presencia musulmana. Nuestro escudo nos recuerda continuamente la presencia musulmana, marcado por las armas de los Boil, una familia que se caracterizó por la defensa de su castillo en el Alto Aragón, ganando una batalla a los moros en inferioridad numérica por el procedimiento de soltar una manada de toros que arremetieron contra las huestes sarracenas y declinaron la victoria para la familia de los Boil.
Durante muchos años se creyó que nuestra Ciudad tenia un origen musulmán, y solo estudios recientes vienen a demostrar el origen romano de este asentamiento a orillas del Río Turia. Pero, ¿ por qué de esta creencia?, yo creo que es bastante sencillo ya que es la misma historia contada por la gente del pueblo, las leyendas, la que dice que el termino Manises viene de la expresión árabe Menicil que significa “aquí descanso”, cuando los jefes moros tenían su residencia de descanso en este margen del Guadalaviar, por su clima, por su tierra, por su situación privilegiada antes del llano. Esta leyenda se ve reforzada por el hecho de que la donación en 1237 por el Rey Jaime I el conquistador de las alquerías de Manises y Paterna a Don Artal de Luna, es el primer documento escrito que hay sobre nuestra, hoy, Ciudad.
Pero no es lo único destacable en la historia de Manises sobre esta convivencia de moros y cristianos, ya que la rica presencia de los moros en Manises esta íntimamente relacionada con tocando el elemento estrella, el sinónimo de Manises, el producto de siglos de herencia de padres a hijos, me refiero a la cerámica de reflejo metálico, técnica traída desde la Granada musulmana y desarrollada en nuestros talleres por nuestros maestros y alfareros moros y cristianos bajo la protección de los Boil, dando fama mundial a Manises, haciendo de nuestra cerámica un elemento común en los más importantes museos de los cinco continentes. Por cierto, cuenta la leyenda (yo no estaba allí, pero me gusta creerme esta historia) que cuando Cristóbal Colón llego a La Española, primer trozo de tierra americano que piso, llevaba consigo un plato de reflejo metálico de Manises, por supuesto, que atraía a los pobladores de aquellas tierras. Viendo Colón que le podía ser útil, lo partió en cuantos trozos pudo y cada trozo de aquel plato de reflejo metálico que causaba la admiración de los indios, sirvió para obtener multitud de elementos que ningún ojo europeo había visto jamas y para demostrar que la producción cerámica realizada por los moros y cristianos de Manises rozaba la perfección artesanal.
En el siglo XV , la población morisca de Manises alcanzaba casi un tercio de la población total, y dicen los documentos de la época que la convivencia era pacifica, viviendo y trabajando juntos, en armonía, todos al servicio de la familia Boil, propietaria de Manises.
Pero como todo, hay aspectos que salpican la relación de moros y cristianos, uno es el desarme de todos los moriscos por orden de Felipe II, tras algunos levantamientos de moriscos y otro es la expulsión de los moriscos por orden de Felipe III, resultado final de los continuos saqueos de la costa del Reino de Valencia por piratas berberiscos.
Y con la salida de los moriscos del Reino de Valencia, Manises lo acusó en su producción industrial y esta decayó durante bastantes años, rompiendo de esta manera con una relación humana que todavía es patente con el nombre de calles o con esa cerámica morisca, pero sobre todo es patente en la inquietud de todos los valencianos por hacer de los moros y cristianos una fiesta importante que una a todos los maniseros.
Francisco Gimeno Miñana
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