lunes, 6 de octubre de 2008


    JESÚS DEL GRAN PODER,
DE LA HERMANDAD DE LA SOLEDAD DE MANISES.

                Continuando con la serie de artículos que emprendí en 1998 sobre la historia de la Hermandad de la Soledad, voy a centrarme este año en el capitulo de Jesús del Gran Poder, uno de los más bonitos y emotivos.

Rostro de la imagen de Jesús del Gran Poder, 
en la Exposición del 60 aniversario en la Casa de Cultura
 de Manises. Fotografía de Vicent Masó Talens
En 1948, Don Jesús José Escobar Folgado, miembro de la Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad, sufragó la imagen de Jesús del Gran Poder, tras haber quedado impresionado por el “Gran Poder” de Sevilla. La imagen fue realizada por el escultor José Martínez Solaz, autor del Cristo del Salvador utilizado para el Acto del Descendimiento, natural de Madrid y residente en Valencia, con las siguientes características: Imagen para vestir, tallada en madera de pino, una altura de 1’70 m y su coste de 3.500 pesetas, (21 euros).

Esta imagen se guardó en casa de J.J. Escobar hasta que por mediación y patrocinio de este, se construyó un altar para dicha imagen en la Capilla de la Comunión de la Iglesia de San Juan Bta., lugar donde está hoy en día. Este retablo confeccionado con pino de Soria, incluye el zócalo de mármol, siendo realizado en el taller de Don Francisco Hurtado, de Valencia, con unas dimensiones de 4’40 m de ancho y una altura de 8’40 m, lo que elevó su coste a 30.000 pesetas (150 euros).

La sección local de la publicación “Aleluya” del 17 de abril de 1949 comentaba lo siguiente, referente al retablo e imagen de Jesús del Gran Poder:
Como pueden ver nuestros feligreses, hemos adquirido un nuevo retablo, colocado en el altar del SAGRARIO y que se destina a la imagen del JESÚS DEL GRAN PODER.
Este hermoso retablo, como la referida imagen, constituyen para nuestra Madre la Parroquia un tesoro, gracias a la generosidad de don José Escobar Folgado y su esposa doña Adela Gómez Valls.
Todos los que admiran la obra de este cristiano matrimonio encomian su belleza por la pureza de sus líneas y la elegancia de su arte tan perfectamente realizado.
El pueblo de Manises puede estar satisfechos de esta preciosidad. De todo corazón pedimos para los donantes la Bendición de Dios
.”

El hecho de que fuera la Hermandad de la Soledad la encargada de sacar en Procesion esta imagen, supuso una modificación en su denominación, que sería, a partir de entonces, Hermandad Penitencial Virgen de la Soledad y Jesús del Gran Poder. De la misma manera, se pensó tener un traje de vesta, especifico para los hermanos que acompañaban al Cristo, motivo por el que se trajeron de los poblados marítimos de Valencia, los trajes que habían pertenecido a la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, de la Parroquia de Santa María del Mar en el Grao. Esta Hermandad había sido sancionada por el Arzobispado a causa de una disputa por el itinerario, con las cofradías del Cabañal, en la Procesión del Santo Entierro de 1951, hecho que le llevó a desaparecer. Estos trajes, con capuchón y túnica morada, realizados con tela de terciopelo, y la capa de raso blanca, salieron un año ya que las exigencias económicas de los dueños eran excesivas, por lo que hubo que devolverlos, reafirmando la presencia del traje negro que será para el resto de la historia de la Hermandad el único.

Capitulo aparte merecería el segundo intento que hubo por hacer una vesta diferente para los acompañantes de Jesús del Gran Poder. En 1994, cuando ninguna de las cuatro hermandades estaban constituidas, amparándose en un pequeño vacío normativo, Don Eugenio Bravo, fiel devoto del Cristo, procesionó con una vesta con capuchón y túnica morada, capa y cíngulo amarillo, con la Cruz y el Santo Sudario cruzados por el isopo y una lanza, bordado en ambos lados de la capa y el capuchón. Esta presencia duró dos años, ya que la iniciativa no cuajó, lo que motivó que la Hermandad de la Soledad volviera a definir la vesta negra como la única. Hay que agradecer la comprensión y el esfuerzo que Eugenio Bravo hizo, sacrificando su propia iniciativa para que la Hermandad tuviera nuevos aires y pudiera asentarse de manera definitiva.

Pero independientemente de la vesta que lleven los hermanos cofrades, la devoción por el Cristo del Gran Poder es enorme y muestra de ello es la cola de promesas que arrastra cada Viernes Santo por la noche, cuando alrededor de las 21 h. sale por la puerta principal de la Iglesia de San Juan Bautista para participar en el Santo Entierro. Y si en 1979 la imagen de Jesús del Gran Poder dejó de procesionar en la Semana Santa Manisera, en 1989 vuelve a estar presente en la Procesión del Santo Entierro, a iniciativa de Eugenio Bravo y ayudado en todo momento por Francisco Gimeno Botet, Angel Coll y Domingo Molina. La falta de una Hermandad que respaldara la salida procesional de esta imagen llevó a situaciones curiosas, como que la bajada del Cristo fue realizada por los antes mencionados y los trabajadores que el Sr. Bravo tenia en su fábrica o que para poder subir la imagen se tuvo que hacer inmediatamente después del Santo Entierro, con la ayuda de los portadores del Santo Sepulcro de aquel año y otros voluntarios. En 1991 y 1992 no procesionó y ya en 1993, con el respaldo de la Junta de Hermandades de la Semana Santa Manisera volvió a procesionar, sin ninguna interrupción hasta nuestros días.

Un punto interesante relacionado con el Gran Poder es la bajada y subida de la imagen. Esta, se realiza sobre unas guías que desde la base de la hornacina donde se encuentra todo el año hasta la altura del carro o más recientemente hasta las barras con las que se porta el anda en las Procesiones, son testigos cada año de las dificultades, apuros y agobios que padecen los miembros de la Hermandad de la Soledad para que todo se desarrolle con normalidad.

En el ultimo decenio es cuando el Paso ha registrado una mejora sustancial con restauraciones, limpiezas y renovaciones; en 1997 se procedió a restaurar el carro metalico del Cristo del Gran Poder en el Taller de los Hermanos Ruiz de Manises, se compraron nuevas ruedas, se hizo una nueva base de madera, se limpió el metal de los faroles y de los poderes de la imagen, y se pintó el anda. En 1998 fue la túnica y el cíngulo, que nunca se habían cambiado o limpiado, la túnica se pudo limpiar pero el cíngulo fue imposible volver a ponerlo ante el riesgo de deshacerse. En 1999 se hicieron nuevos laterales del paso , con azulejos de reflejo metálico y azul cobalto, realizados por la firma Gimeno Ríos de Manises, con un coste de 250.000 pesetas, subvencionadas por Caja Murcia, gracias a las gestiones emprendidas por Vicente Vilar Juan. Al centro de cada lateral hay cuatro escenas de la Pasión y Muerte en azul cobalto y el trabajo de carpintería fue realizado por Miguel Albenca. En el año 2002 se realizó una restauración integral, llevada a cabo por personas de la Hermandad y que consiguió arreglar los desperfectos de la cabeza, piernas y pies, partes más deterioradas. Esta restauración hizo que la imagen estuviese casi un año fuera de su altar, permaneciendo en los locales del Patronato de Acción Social, siendo trasladado solemnemente el sábado 9 de marzo de 2002, con la presencia de Hermandades de Jesús Nazareno de Valencia, Alzira, Sueca, Burjasot..... y de los hermanos y hermanas de la Hermandad que por las calles Dr. Catalá, Sagrario, Obispo Soler, calle Mayor hasta la Iglesia de San Juan Bautista acompañaron la imagen de Jesús Nazareno que volvía a la Iglesia de San Juan Bautista.

Para finalizar el presente capitulo, diré, a forma de anécdota, que durante muchos años, los miembros de todas las Hermandades locales apodaban la imagen como Nuestro Padre Jesús del Gran Llover, ya que fueron muchos los años en que el Martes Santo, día que procesionaba la Hermandad de la Soledad, llovió o amenazó lluvia, siendo en ocasiones suspendida. Ratificando lo mencionado, diré que tras diez años sin procesionar en la Semana Santa Manisera (1979-1989), el día que la imagen del Gran Poder, sábado de pasión, a través de sus impresionantes rampas bajó para colocarse en su trono, llovió y llovió durante toda esa Semana Santa, hasta el punto que la Procesión del Santo Entierro casi se suspende, aunque por suerte no fue así y se pudo dar un paso más en la recuperación de nuestra Semana Santa Manisera, pero esto merece un capitulo aparte, que espero poder ofrecerles.

Francisco Gimeno Miñana

domingo, 5 de octubre de 2008



NOTA DE PRENSA


"Por primera vez una imagen de la Semana Santa Manisera recorre las calles del barrio San Francisco. La procesión de Jesús del Gran Poder atrae a numerosos vecinos que la siguen en un recorrido de dos horas de duración".


Paso de Jesús del Gran Poder en el Barrio San Francisco, de Manises.
Año 2008
Anoche por primera vez una imagen de la Semana Santa Manisera, la de Jesús del Gran Poder, recorrió las calles del barrio de San Francisco en una procesión que dio inicio a las 21.30 h. y que abrió la hermandad de la Santa Faz de Torrent.

Anteriormente, los vecinos del barrio San Francisco sólo habían podido disfrutar en sus calles del acto de Via Crucis. Esta vez, “mucha gente, más que otros años, ha salido a la calle a ver la procesión, arropando los actos de la Semana Santa Manisera y participando de ellos”, afirma agradecido el Hermano Mayor de la Hermandad de la Soledad de Manises, Francisco Gimeno Miñana, una cofradía que se conoce en el municipio con el nombre de "Els Negres" por el color predominante en sus vestas.

En un recorrido de dos horas de duración, que abrió la Hermandad de la Santa Faz de Torrent, el itinerario partió de la iglesia de San Francisco y comprendió las calles Les Simetes, Ángel Nadal, Juan Villar Arenes, Jose Mª Pla, José Soler Zorrilla, Marcos Vilar, Alboraya, Ángel Nadal, Juan Pla Gimeno y Fray Salvador Mollar, hasta poner el punto y final de nuevo en el templo de San Francisco.

Las Hermandades de la Flagelación del Señor y del Santo Sepulcro de Manises siguieron a los cofrades de Torrent. Els Negres, titulares de la imagen de Jesús del Gran Poder, cerraron el solemne acto, al que también asistieron el Presidente de Junta Central y la Reina del Encuentro de Torrent, así como una numerosa representación de las hermandades de Torrent y Manises.

Los actos de la Semana Santa en Manises continuarán mañana DOMINGO, 16 DE MARZO a las 11 h. con la Procesión de Ramos, desde la Capelleta de Sant Antoni, por la calle Sagrario, Obispo Soler, Mayor hasta la Iglesia de San Juan Bautista. A continuación habrá una visita al retablo de la Virgen de la Soledad, en la calle de su mismo nombre.



Manises, sábado 15 de marzo de 2008
Gabinete de Prensa del Ayuntamiento de Manises
El traje y manto para las Procesiones de la Semana Santa Manisera correspondiente a la imagen de Nuestra Señora de la Soledad, de la Hermandad del mismo nombre de Manises, ha formado parte de la Exposición realizada en la Casa de Cultura y Juventud de Manises por Doña Amparo Vilar Aliaga, persona que bordó dicho manto. Esta exposición ha estado abierta durante quince dias, desde el viernes 5 de septiembre de 2008.



sábado, 4 de octubre de 2008

Chelo Garcia Martinez, Distinguida de la Semana Santa 2008



DISTINCIÓN ESPECIAL DE LA SEMANA SANTA MANISERA 2008

              Chelo García Martínez nacida el 15 de septiembre de 1968 en Valencia, hija de Teodoro Garcia Arnaez y Consuelo Martinez Quilez, con un hermano, Emilio, y casada con Francisco Gimeno Miñana. Fue de los jóvenes que reiniciaron el Movimiento Junior “Mans Obertes” de la Parroquia de San Juan Bautista en 1987, junto a Paco Tomas (Vicario de San Juan Bta) y los Hermanos de la Salle Don Vicente Devesa y Don José Luis Miro, llegando a ser varios años Jefa de Centro, época en la que se integró en Juniors Movimiento Diocesano.

                Ha pertenecido a la Congregación de las Hijas de María y miembro de la Clavaría de Santa Félix del año 1996, aunque lo destacable es su labor constante y callada al servicio de la Parroquia. Secretaria Parroquial de San Juan Bautista en los últimos 25 años, trabajando con Don Amador Navarrete, Don Jose Bixquert, Don Arturo Llin y Don Valentín Peñarrocha, Curas-Párrocos de San Juan Bautista. También ha coincidido con sacerdotes tan queridos como Don Jose Granell Cardo o Don Vicente Marcilla Puig, además de Paco Tomas, Rafa Mira, Don Jesús Valles y José Manuel Montaner Isnardo.

Chelo Garcia Martinez
             De todos es conocida la vinculación que la familia de Chelo ha mantenido con la Parroquia de San Juan Bautista, siendo de sobra conocida la labor realizada por su madre durante años como catequista de la Primera Comunión, preparando para la misma a cientos de niñas y niños. Su padre comienza la relación con nuestra Semana Santa ya que fue de los primeros miembros de la Hermandad del Cristo del Salvador, fundada en 1962 y radicada en la Parroquia del Inmaculado Corazón de María. Más cercano en el tiempo, Chelo empieza a procesionar en la Semana Santa Manisera de 1993, incluso llega a vestir en los años 1994 y 1995 la vesta (capa negra, túnica y capuchón blanco, con cíngulo morado) del Cristo del Salvador, uno de los múltiples intentos por resucitar aquella Hermandad manisera. Tras la Semana Santa de 1994 forma parte de la Junta de Hermandades como Tesorera, labor que desarrollaría durante varios años, viviendo en primera persona acontecimientos como el ingreso de Manises en la Junta Diocesana de Semana Santa, de la que este año fuimos sede tras catorce años de pertenencia a la misma. En 1995 ingresa en la Hermandad del Santo Sepulcro y Caballeros del Santo Entierro “els morats”, ocupando el cargo de Tesorera hasta el año 2005 y formando parte de la Banda de Cornetas y Tambores durante tres años, viviendo como miembro de esta Hermandad la reactivación de la Junta Directiva, la reaparición en nuestras procesiones del Paso del Calvario del Ave María, la restauración del Santo Sepulcro o la implantación de la Procesión del Silencio, la noche del Jueves Santo, entre otros hechos destacables.

          No solo vistiendo la vesta de su Hermandad, sino desde su puesto de Secretaria Parroquial, Chelo ha ayudado en todo momento a que todos los actos se desarrollasen con normalidad y tuviesen la brillantez y solemnidad propia de nuestra Semana Santa Manisera.

viernes, 3 de octubre de 2008

Oración de San Francisco de Asís.

ORACION DE SAN FRANCISCO DE ASIS



Señor, haz de mí un instrumento de tu paz:
donde haya odio, ponga yo amor;
donde haya ofensa, ponga yo perdón;
donde haya discordia, ponga yo armonía;
donde haya error, ponga yo verdad;
donde haya duda, ponga yo la fe;
donde haya desesperación, ponga yo esperanza;
donde haya tinieblas, ponga yo la luz;
donde haya tristeza, ponga yo alegría.
Que no me empeñe tanto:en ser consolado, como en consolar;
en ser comprendido, como en comprender;
en ser amado, como en amar;
Porque dando, se recibe;
olvidándose de sí, se encuentra;
perdonando, se es perdonado;
muriendo, se resucita a la vida.

LEYENDAS MANISERAS


Cuentan, dicen, corria el año, recuerdan que pudo existir hace muchos, muchos pero que muchos años............................, son comienzos que nos preparan para empezar a narrar esas historias populares que cada población mantiene durante siglos transmitiendolas oralmente, de padres a hijos y todos conocemos como Leyendas.

Manises también sigue las normas y tiene sus leyendas, historias que los maniseros han ido contando durante siglos y que verdaderas o no forman parte de nuestro patrimonio cultural.

Por ejemplo, cuando aparece un túnel en el subsuelo de nuestra Ciudad, todos recordamos la leyenda que cuenta como un túnel construido por los moros unía, pasando por debajo del rio Turia o Guadalaviar, la torre árabe de Paterna y la torre árabe de Manises, que con el tiempo quedaría encerrada por el antiguo “castell” de la familia Boil, volviendo a salir a luz en el momento del derribo del “castell” en los primeros años de la década de los sesenta del siglo XX.

Otra leyenda es la del “Salt del moro” que incluso da nombre a una posición geográfica de nuestro municipio. Recordar como el joven enamorado huyendo de los soldados que custodiaban a su amada, tuvo que elegir entre rendirse y morir decapitado o saltar con su caballo al vacío y esperar que la vida le concediera un poco de suerte. Eligió la segunda opción y no se supo más de este valeroso joven que dio pie a una leyenda que durante siglos ha ido pasando de padres a hijos.

Pero, pocos son los maniseros que conocen la leyenda de los duendes de la huerta, razón que me lleva a escribir estas líneas:

Cuentan los más mayores del lugar que sus padres les contaron, y a estos los suyos, y aquellos los suyos y así en cadena, que había una familia de labradores en los tiempos que moros y cristianos convivían, que vivía en la huerta de Manises, era una familia normal que se dedicaba al campo, rara excepción en un Manises alfarero y ceramista. Vivía con la familia la abuela Milagros quien no se cansaba de contar a sus nietos las historias de duendes que se colaban por la chimenea y hacían que se extraviasen cosas, que cambiaran cosas de lugar............

“Coplas de vieja”, pensaba su nuera, para quien la única responsable de que en su casa se extraviasen las cosas para reaparecer más tarde en lugares insospechados era la suegra, aquejada de desmemorias y manías propias de la vejez.

Sin embargo, cuando dos meses después de morir la anciana suegra, la sarten brincó sola del fogón al suelo, Angeleta, que en ese momento extraía de la fresquera un manojo de perejil, contuvo el aliento, presa de un estupor próximo al pánico, “será un alma en pena o la difunta Milagros que quiere hacerse notar”, se dijo, y prosiguió la faena.

Al hallazgo de sal en el azucarero, la mujer no quiso concederle demasiada importancia “ por Dios, que cabeza tengo”. Pero transcurridas tres semanas del despiste, la inexplicable perdida del almirez que Tonet, el benjamín de sus cuatro hijos, halló por casualidad escondido entre unos aperos de labranza, mientras jugaba en el corral, la hizo mudar de idea, no sin antes cerciorarse de que ningún miembro de la familia lo hubiera llevado hasta allí por alguna razón, olvidándose luego de restituirlo a la despensa.

“Vaya, quien lo iba a decir, esto parece obra de los duendes que mentaba la abuela”, concluyó Angeleta, tan medrosa de las animas errabundas como de cualquier encantamiento por benévolo o cautivador que fuera. No obstante, mantuvo la entereza para no asustar a los chicos, esperando equivocarse. Vana ilusión la suya. Porque, con el tiempo, aumentaron los extravíos incomprensibles, los ruidos y el crujir de las vigas, prueba inequívoca de que un fantasma acampaba a sus anchas por la casa sin que a este le importaran lo más mínimos los temores y quebrantos que ocasionaba a su propietaria.
Mosqueado también el marido por los extraños sucesos que acontecían cada vez con mas descaro y que, al parecer, evidenciaban la existencia de un hechizo, el matrimonio resolvió, muy a pesar suyo, reunir los ajuares, las gallinas, el perro, la gata, el canario y los cuatro niños, y largarse a escape del, que durante quince años, había sido su apacible hogar, en busca de techo seguro donde cobijarse.

“Lo haremos bendecir para evitarnos soponcios” decía Miguel, mientras abarrotaba el carro de trastos. Y sus mujer, compungida, asentía.

Concluido el traslado de enseres, se acomodaron en los huecos libres, animales y personas. De pronto, por el camino, Angeleta, cuya aflicción no le impedía hacer un minucioso recuento de los bienes familiares, presumiendo un olvido garrafal, preguntó alarmada
- ¿ Quien de vosotros ha cargado la paella?

El silencio fue revelador. “Vaya por Dios”, ninguno

Entonces, la cantarina voz de un ser invisible, precedida de una risa guasona, resolvió el problema
- No padezcas, Angeleta, que yo la llevo.

Era el duende, les había cogido cariño y se iba con la familia de Angeleta.

Francisco Gimeno Miñana