En nuestro afán por conseguir de e-gastronomia una tienda on line referente, visitamos la ciudad de Segorbe, una población de la provincia de Castellón, con mucha historia y que guarda en sus calles el sabor de un gran pasado. Segorbe, cabeza de la comarca, con sede episcopal y famosa internacionalmente por sus entradas de toros en la primera semana de septiembre, alberga un museo del aceite, producto de mucha calidad de la Sierra de Espadan. El museo, regentado por Jose Luis y Teresa, los impulsores de Belluga Gourmet, combina las dos funciones de exposición publica y permanente donde se ofrece al visitante todo los relacionado con el aceite; y la puramente comercial, donde se pueden adquirir excelentes productos oleícolas y propias de la mas depurada artesanía gastronómica.
La primera sensación cuando entras en Segorbe es de estar en una pequeña capital, el visitante es recibido por la parte moderna de la Ciudad, con calles amplias y avenidas que dan fluidez al trafico urbano. A medida que vamos adentrándonos, observamos como va apareciendo la parte señorial y monumental segorbina, el Ayuntamiento con su plaza, la Catedral, el monumento a la entrada de los toros, la muralla, y poco a poco las angostas, casi medievales calles de la parte antigua, van cogiendo inclinación para llevarnos a la parte alta de la Ciudad, hasta la plaza de Belluga, donde descubrimos el Museo del Aceite, en el edificio histórico del mismo nombre, que alberga un moderno centro de interpretación sobre el conocido oro liquido del que tenemos constancia desde hace 7000 años.
Entramos en el mismo, saludamos y directamente nos llevan a la pequeña tienda que hay en el edificio. Las estanterías nos ofrecen los productos de un aceite selecto, bien presentado, visualmente agradable que despierta nuestro interés. Productos elaborados de manera artesanal, totalmente naturales, sin conservantes, ni colorantes artificiales. Distintos formatos para comercializar el oro liquido, lata con un recuerdo a otros tiempos y cuya presentación la tenemos en dos y en cinco litros, una botella verde con aire moderno, estilizada, la clásica botella de plástico………. y así una variedad de recipientes para vender el aceite de Belluga Gourmet. De igual manera, nos encontramos con pates y mermeladas, realizados por ellos, así como productos cosméticos que según nos cuentan, tienen una gran aceptación en el mercado. Toda esta exposición de gastronomía selecta y gourmet, se completa con productos artesanos como cervezas y mermelada, que si bien no son de producción propia si que reúnen la calidad suficiente como para estar en esta tienda.
Es inevitable la compra de algunos productos, siguiendo nuestra máxima de probar todo lo que vendemos, aceites, pates y mermeladas engrosar una buena compra.
Ya después si, realizados los tramites comerciales, pudimos recorrer el Museo, saber que la palabra aceite proviene del árabe azzáyt, el jugo de la aceituna, y éste del arameo zaytā, conocer los orígenes greco-fenicios del comercio del aceite y como se ha convertido en un símbolo del Mediterraneo, la forma en que se ha desarrollado y como se ha realizado la producción. Paneles informativos hablando de la recolección, textos donde se nos aclara el sabor del aceite, mezclado con las nuevas tecnologías que nos presentan en formato audiovisual y en pequeñas pantallas táctiles todo lo relacionado con el aceite, prensas en las que la aceituna era exprimida, tinajas donde se almacenaba el aceite, fotos de monumentales olivos, de la zona y del resto de la Península, recordándonos como este árbol que puede llegar a tener monumentales dimensiones ha sido y es generoso con el hombre ya que su fruto sirve para alimentar el organismo, sazonar los alimentos, curar y alumbrar………….. un gran trabajo didáctico, y un planteamiento extraordinario desde el Ayuntamiento de Segorbe, para pode mostrar, explicar y dar a conocer, aún mas si cabe, la calidad e idoneidad de uno de los mejores aceites del mundo, el de la Sierra de Espadan.
Nuestra visita no podía culminar sin tener el placer de saborear una buena cerveza artesana en la misma plaza Belluga, donde si no aparece algún vehículo, se tiene la sensación de que el tiempo haya parado y se haya tomado un descanso en un Segorbe que combina su pasado con su presente a la perfección.
Francisco Gimeno Miñana
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